-Buscar documentos (
DNI, Pasaporte)
-Pagar
restaurante y señora pensión
-Entregar llaves
-Comprar pilas linterna.
Una lista inocente. Es tan raro irse, es tan violeta observar cómo tu antigua vida se vuelve blanda y frágil, y menos que nada... y también a tu alrededor todo se ablanda, se hace trizas y un horrible nudo en el estómago lo estropea todo. Son tan crueles las estaciones de tren, de
autobús, los aeropuertos... la señora de al lado le lleva un tarro de
majablanco a su primo de
Yacuiba, mientras yo dejo atrás arrancado y a su propia suerte un pedazo enorme de vida. Si el mundo fuese justo esa señora y yo nunca deberíamos habernos juntado.
No es posible que AHORA la señora que me vende la soda siga haciéndolo a 4
bs. , que los periódicos sigan hablando de
elecciones que siga habiendo recargas para celulares, y bloqueos y teléfonos y carreteras y autos y luna. No es posible que mientras una vida ha cambiado, se ha partido y ha comenzado otra el mundo permanezca
indiferente. YO el único culpable, yo y esos ojos, y esa cabeza y esa boca mía. ¿Y qué pasa con los que quedan? oí una vez al doblar una esquina, (llovía a mares y una mujer corría tras de mí)... Los que quedan...
supongo que seguirán la partida sin un peón, sin un rey, un caballo o un
alfil... ajustarán la estrategia a la ausencia de esa pieza... ¿Y el que se va? avanzará sin tablero, con piezas desperdigadas, muchas veces repetidas o lo que es peor, escasas...
Nadie está en una situación cómoda. Lo más fácil sería quemar las naves, negar el mundo o a la gente, a uno de los dos, tener un tablero inmenso
vacío o una caja llena de piezas. Elección.Dicotomía.
Y en medio de todo ésto, justo en medio, el
caos del tiempo que se mueve demasiado rápido, los pactos que no voy a romper, las ofertas que no puedo rechazar, caras
desconocidas, calles con los mismos nombres, caras que recuerdo, recuerdos sin cara, un poco de
viento y lluvia fina.
Ésto escribía dos días después de dejar
Bolivia. Ahora hace una semana que lo hice y todo es un poco menos gris. Como siempre no estaba preparado, nunca lo estoy. ¿Difícil?, no, no lo es, sólo hay que saltar.
Gracias
a todos, a todas esas piezas que
completásteis una de las partidas más
increíbles y hermosas de mi vida.
Gracias y hasta luego.