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domingo, 27 de junio de 2010

Leones





El sol azota la llanura del Serengeti a las 12 de la mañana. No hay salida, beber o morir. Un grupo grande de cebras se aproxima de forma lenta, desconfiada a la orilla de un río que empieza a morir al inicio de la época seca, se agrupan, las cebras de la parte mas externa de la manada hacen de parapeto a las que beben en el río. Algo se mueve entre la hierba, dos orejas asoman en los últimos pastos altos de la sabana, una leona se desplaza casi arrastrándose, mirando el grupo de cebras, el viento sopla en contra. Huele a las cebras y ellas no pueden olerla. El grupo entero se queda sin aliento. Parece estar muy lejos cuando se sienta comodamente sin dejar de mirar a la manada. Nos parece estúpido que se pare y se deje ver por las primeras cebras del exterior del grupo que empiezan a advertir su presencia, por casualidad mi compañero mira a cien metros de la leona sentada, sin articular palabra señala a otra leona que avanza sigilosa, como deslizándose entre la superficie de hierba. Rápidamente entendimos todo. La leona sentada se levanta y corre estrepitosamente hacia el grupo de cebras, estas no tardan el verla e intentan huir por la única salida posible, orilleando por el cauce del escaso río, lo suficientemente profundo para resultar impenetrable para la manada. En su huída se topan de frente con la segunda leona que había ganado unos cuantos metros mientras las cebras huían, en una carrera desesperada la última cebra del grupo da un ligero tropiezo y la enorme leona se avalanza sobre ella volcándola completamente, clavando sus zarpas en los cuartos traseros del animal, hasta que su compañera llega y con un certero mordisco en el cuello la asfixia. Agoniza ante nuestro camión. Miramos desconcertados. Aquellos segundos parecieron años. No hay ni una sola foto de la leona cazando. Poco a poco se va el estupor y se desentumecen los dedos, la leona mayor esconde el cadaver de la cebra mientras la mas joven llama al resto de la manada, no tarda en llenarse el lugar de leones y cachorros dandose un festínj pantagruélico. Fotografiamos como locos desde la seguridad, la calma del camión,mientras, en las llanuras del Serengeti, alguien se ha jugado la vida


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios que grande Vecin, el serengueti, buff me va avenir la regla, me muero de envidia, no se por que lo echo de menos si nunca he estado, buff que grande, disfrútalo!!
Me alegra leerte y ver que aún sigues vivo jejeje, cuidate!
Di

Silvia dijo...

que pasada el ver eso en vivo y directo Vecin, no sé cómo lo estarás viviendo pero desde aquí.. con mucha envidia sana, jeje. besos y cuídate, no vaya a ser que en vez de cebra coman "Marcos a la española"

Silvia

Anónimo dijo...

Supervecín! superhistoria! superfotos!

La muerte cayendo como una sábana negra sobre la incandescente sabana y los caballos con código de barras, embarrados y bebiendo a muerte, muriendo a vida, viviendo a suerte.
La ley de la selva: la vida es solo la muerte, con 4 letras cambiadas...

Un abrazo de tus refulgentes überfans!