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jueves, 2 de octubre de 2014

Cazador.

El cazador negro huele el aire.Huele la presa.Te huele a tí. Camina sigilosos entre las acacias. Sus pinchos no se clavan en los pies. Se mueve entre la maraña de arbustos como un animal. Siguiendo a un animal.
El calor es insoportable y el aire es denso. Pero el cazador corre detrás de lo lo que oye, detrás de lo que huye.Un flechazo preciso y el animal agoniza en alguna parte. No lo has visto. La presa tampoco. El cazador sí. En la noche, cuándo no hay caza y el fuego se está apagando, con el estómago lleno y sin la perturbación del hambre, el cazador negro no piensa en lo orgulloso que está de su condición, no piensa en la mística de la persecución de la presa y el duelo final entre hombre y bestia como metáfora de la vida y de los sueños de los hombres.
En la noche, cuándo no hay caza y el fuego se está apagando, con el estómago lleno y sin la perturbación del hambre el cazador negro ni tan siquiera piensa en la supervivencia.
En la noche, cuándo no hay caza y el fuego se está apagando, con el estómago lleno y sin la perturbación del hambre el cazador negro simplemente duerme, duerme apaciblemente sin ningún desvelo rondando su cabeza.
Duerme para mañana levantarse y hacer lo que se hizo durante años, durante generaciones,cuando solamente se podía cazar y encender fuego y llenar el estómago para dormir sin pensar en nada.



Dik-dik al fuego con entrañas y pelo-Lago Eyasi (Tanzania)

Cazadores Hadza haciendo fuego- Lago Eyasi (Tanzania)

Cazadores Hadza "cocinando"  Lago Eyasi- (Tanzania)


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