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miércoles, 27 de marzo de 2013

Salar

El desierto de sal más enorme del mundo. Nadie sabe que está en Bolivia. Pocos conocen el nombre Uyuni. El Salar se extiende en el Altiplano entre Bolivia y Chile, rodeado de desiertos y lagunas de colores. Un sol abrasador, un aire enrrarecido y asfixiante.Uno de los paisajes más impresionantes del mundo.
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Ojos del Salar

Ojos del Salar

Montones de sal para explotación

Montones de sal.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El río más mítico



No era una exageración. Controlar el Nilo era controlar África. Con un recorrido de sur a norte atraviesa numerosos países, antiguos reinos míticos, sabanas y montañas. El río más mítico. La arteria del África negra.
No es extraño que durante el siglo XIX, el otro siglo de las luces, el siglo de los científicos más brillantes, los exploradores más intrépidos y los descubridores más audaces, muchos genios, muchos locos se sintiesen atraídos hasta perder la cabeza por el gran gigante. Muchos  perdieron familia, tiempo y dinero intentando adivinar sus fuentes, muchos se extraviaron en sus turbulentas aguas hasta jugarse la razón primero y después la vida. El Río trataba de volverlos locos. Imposible remontarlo, sus aguas se vuelven tan turbulentas hacia su nacimiento que harían del barco más preparado un estúpido cascarón de nuez navegando en el vientre de un gigante, lo intentaron los griegos, lo intentaron los romanos, los egipcios... Difícil conocer su origen, en lo más profundo del áfrica más negra, cerca de tribus hostiles, horribles fiebres y animales salvajes, lejos de la costa, de los destacamentos coloniales y de la quinina. Todo el que intentaba desentrañar su misterio caía víctima de las fiebres, de los ataques, o de las enormes caminatas en círculo en condiciones infrahumanas. El Nilo guardaba su secreto de la forma más feroz.
No hay secreto lo suficientemente oscuro, lo suficientemente oculto como para no rendirse ante un hombre que sabe a dónde va. Ese hombre era Richard Burton. Y con él comienza uno de los relatos más paradójico, más intenso de la historia de las exploraciones.
Burton era fundamentalmente un loco brillante, pero un loco. Culto, con una retórica arrolladora, irresistible para las mujeres, inteligente, impulsivo, terco, universal... en el momento de su muerte hablaba más de veintinueve idiomas de tres continentes, entendía otros diez .Expulsado de Oxford y traductor al inglés de  “Las Mil y Una Noches” y el “Kamasutra” había escrito varias decenas de libros y manuscritos (lamentablemente la mayoría de ellos fueron quemados por su mujer una vez desaparecido). Prefería un mercado a un club social, pero en ambos se movía como pez en el agua. Capaz de presentarse en la Sociedad Geográfica de Londres  de punta en blanco o de ser el segundo occidental en entrar en La Meca (el primero fue el español Ali Bey). Burton reencarna el ideal de aventurero. Burton representa todo lo que los que hemos pisado África queremos ser. Burton es el gigante de los que comemos migajas en forma de aventuras de medio pelo.
Se obsesionó con el Nilo y lo convirtió en la razón para levantarse, organizar una caravana más y avanzar sin rumbo fijo. Antes de su mítica expedición en búsqueda de las fuentes del Nilo, Burton no era un novato en África. Unos cuantos varapalos, unas pocas expediciones fallidas, le habían puesto los pies en la tierra. Le habían hecho entender que África no es un lugar para blancos. Pero quién no teme no escucha, y Burton no tenía ni una sola brizna de temor. Vagó durante un tiempo por África del este, buscando datos, escuchando historias, hablando y pensando sobre cómo encontrar el origen del Río de la locura, del gigante que le quitaba el sueño. Recibió un dato revelador, le habían hablado de un mapa que mostraba África oriental con los asentamientos de la costa, y en el centro, como una  revelación, una enorme mancha en forma de babosa que decían, era la fuente del gran Río. Le habían hablado de los pies del Gigante. Ya no era un gigante tan grande.
El mapa de la babosa se encontraba en manos de unos misioneros alemanes, Krampf y Rebmann. Expertos en África del este y descubridores del monte Kilimanjaro y el monte Kenia, no dudaron ni un minuto en recibir a Burton. Su fama le precedía. De la reunión poco se sabe, la intención inicial de Burton era hacerse acompañar por  Rebmann y Krampf en su búsqueda de las Fuentes del Nilo, Parece que el encuentro no resultó satisfactorio para ninguno de ellos. Burton comentó que eran bastante sensatos y cuerdos… ingredientes ideales para que la expedición fracasase. Los puritanos misioneros  vieron en Burton un sátiro, un diablo sin la más mínima intención de predicar, pero aún así le dieron el “Mapa de la Babosa”. Estaba sólo, y entre sus manos tenía el alimento perfecto para su locura…
Continuará…



Burton vestido de árabe

Richard Francis Burton misteriosamente parecido a Freddie Mercury