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sábado, 18 de mayo de 2013

También era Mayo en México en el 68…




Y el zócalo de de Tlatelolco (Plaza de las Tres Culturas) estaba a rebosar de gente. Estudiantes y profesores se manifestaban como en Paris o Praga aunque por distintas razones, no importa cuáles. La fuerza de un país, México, que aspiraba a ser sede de los Juegos Olímpicos llenaba las calles.
Pero (y siempre hay un pero) al gobierno del PRI (Partido ¿Revolucionario? Institucionalizado) entonces en el gobierno (y lo estuvo por más de 70 años) no le hacía ninguna gracia esa imagen de inestabilidad que proyectaba el país al resto del mundo. Y a alguien (aún no se sabe a quién) se le fue la mano.
Los estudiantes y profesores habían sido avisados para no ejecutar la manifestación que acabaría en la plaza. Sabían que serían reprimidos, pero no imaginaban que esa sería la manera. Cuando el grueso de la manifestación se concentró en la plaza, un tiro sonó desde dentro. Comenzaba uno de los hechos más turbios y violentos de la historia de México.  Al oír la señal, francotiradores situados en lo alto de los edificios empezaron a disparar a las masas indiscriminadamente creando una situación de psicosis colectiva, un espectáculo terrible de gente corriendo de un lado a otro, muertos por todas partes. Algunos se escondieron en la iglesia, otros no se pudieron esconder nunca. La policía entró y empezó a arrestar gente. Algunos salieron al poco tiempo. Otros no volvieron nunca más. Al día siguiente la plaza amaneció barrida y los noticiarios hablaban del clima.
Carlos está sentado en el pedestal donde se erige un monumento a los muertos (muertos de miedo, de silencio, de piedra) Tiene 72 años. Nos mira y se presenta:
-Hola, me llamo Carlos, ¿os puedo contar un secreto?- Estamos acostumbrados a que de vez en cuando alguien te hable solo para al poco tiempo pedirte dinero… pero estábamos de humor.
-Sí, adelante amigo –decimos, esperando oír la misma historia.
-Yo estuve aquí en el 68. ¿Me creen?
-Sí-digo, con un tono total de incredulidad.
-Miren-y saca una revista de política y sociedad (tipo Cambio 16), nos muestra una foto contenida en un documental que conmemora el 68 y los hechos ocurridos en el zócalo- ¿Adivinan quién soy? Aparecen dos jóvenes andrajosos y sangrando, uno de ellos claramente se parece a él, empiezo a creerme su historia.
-¿Ahora me creen? ,pues miren esto- En la contraportada aparece él hace unos años, sentado en el mismo pedestal con una leyenda en la parte inferior  “El profesor de física Carlos tras 44 años en la cárcel esta todos los días en la plaza, contando a todos su historia”  sonríe ante tal golpe de efecto.
-¿Y saben que es lo peor de todo?- Señala a la placa conmemorativa de los muertos en la tragedia del 68, y aparece su nombre y sus apellidos, se ríe ligeramente- Ya lo ven, estoy muerto…
-Muerto… María y yo nos miramos con estupor
-Sí, muerto, me tuvieron 44 años en la cárcel, me soltaron, y ahora no tengo papeles, no sé dónde está mi familia. Estoy muerto. Vivo en la plaza y me gustaría darme un baño- Debo decir que al contrario que otros muchos no olía a alcohol no estaba sucio- Me tuvieron 44 años preso, no puedo casi moverme. Otros hablaron. Yo me callé.
-¿El qué se calló?-pregunto
-Todo. Yo sé muchas cosas, los del gobierno que estaban metidos en esto y lo de los disparos, y lo de la CIA…-Ya empezaba a sonar demasiado “conspiranoico”.
-¿De qué le acusaron?
-Mejor te diré de que no me acusaron. No me acusaron de violación, no me acusaron de homosexualidad, y no me acusaron de narcotráfico, de aquella no estaba de moda…
-¿Y no puede recurrir al Tribunal de los Derechos Humanos?
-No, no tengo papeles. Solo quiero irme a San Luís Potosí y allí encontrar a algunos de mis amigos… Ahora tengo que irme. Más tarde vendrán los policías y me vuelven a golpear. Por cierto… ¿Con quién tuve el gusto de hablar?
-Con Marcos y María.
-Yo soy Carlos, pero no se esfuercen en recordar mi nombre… estoy muerto… por cierto, ¿No tendrán 5 pesos para un buen baño?
Metemos la mano en el bolsillo y sacamos dinero sin tan siquiera mirarlo… Esperábamos que en un momento u otro nos pidiera dinero o algo para comer… no lo culpamos… ¡Diablos! ¡Vive en la maldita calle y se baña en una fuente!
Existen testigos de esta historia, existe el lugar y los hechos del 68. El que no existe, al menos para el gobierno y la historia, es Don Carlos, que aún vaga por allí contando su historia. Podría haberle hecho una foto, pero esto no es un animal en el zoológico de la historia, además, es de muy mala educación fotografiar a un muerto.

Iglesia dónde se ocultaron algunos estudiantes
Placa conmemorativa
Edificios dónde se situaron los francotiradores.


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