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jueves, 6 de noviembre de 2008

Y pensar que os traerá, nuestra muerte, una gran felicidad

Y así llegó nuestra Iglesia y ordenó llorar nuestros muertos, sin preguntarle a los muertos si querían ser llorados o no. Y con éste equipaje cruzamos el mar, y enseñamos lo que habíamos aprendido. Impusimos lo que nos habían enseñado. Las coloridas y bulliciosas celebraciones de los nativos, que celebraban el ascenso del finado a una vida mejor, llena de placeres (algo que los nuestros aborrecen). Más de 500 años después, el sincretismo hizo que el catolicismo se mezclase con las tradiciones indígenas, y gracias a ello he pasado el "Día de Los Muertos" mas alegre que jamás había visto.
Tener un cementerio en tu propia casa tiene muchiiiisimas ventajas... entre otras el poder invitar a tus amigos a beber y bailar hasta el amanecer para celebrar el santo descanso de los suyos. La cosa comenzó aproximadamente a las 2 de la tarde.
La banda sonaba y la "chicha" (bebida alcohólica, parecida a la cerveza que se obtiene por fermentación de maiz) corría raudales.
¿Cómo celebrarlo y ser el rey de la fiesta? Pués sabiendo rezar!. Por qué aquí quien reza cobra! si les rezas el muerto (7 padrennuestros y 7 avemarías) te convidan a una "masita" (galleta o pastel) y un vaso de "chicha" o aguardiente... Y de fiesta hasta el anochecer! por los que se fueron... que lo pasen bien para que no vuelvan!.
La chicha socializa a hombres y mujeres, ricos y pobres, nacionales y extranjeros, y con mi cámara y pagando penitencias a base de chicha documenté esta celebración.
En las fotos podemos ver la banda cuándo la bebida aún no lo había cambiado todo, ese pequeño instrumento de cuerda es el "charango" o ukelele andino. El señor de la izquierda representa el Vallegrandino típico, con bigote y sombrero.
También mi debut como chichero, las señoras que con sus canastos te cambian galletas por rezos, y tres generaciones de mujeres de una familia.

Como tradición curiosa, vemos a un señor (en toda regla) con un pequeño regalo en sus manos, es lo que se llama un "brindis", el año que viene ella lo tendrá que devolver el año siguiente.
Al día siguiente llegó la vuelta a casa, no con menos aventuras, ésto es bolivia... después de buscar billetes durante muchas horas conseguimos un billete en una furgoneta de 8 plazas, todo genial, teniendo en cuenta que la otra opción era ir en la parte de atrás de un camión de maiz, (billete especial "con lona")... hasta que al las 4 horas se calentó el motor y tuvimos que bajar a empujar, pero a las 6 horas la cosa emperó y no aguantó más la furgoneta y nos subieron a nueve en un coche de 7... durante 3 horas... me tocó el centro, con billete "madera en medio del culo", resultado: casi tengo que ponerme una faja para unir las nalgas...
Acababa el viaje. Empezaban las conclusiones.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!!!! jo tio vaya aventuras que te estás pegando!! te acordarias de mi el dia de los muertos no?? la verdad esque no creo jejeje!!! que ganas tengo de pillar un dia de esos, aqui en España se nos acabó ese tipo de juergas en 1231, llegamos un poco tarde no??? jejeje!!! millones de besos desde Pucela.

Maria