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miércoles, 4 de febrero de 2015

SILENCIO (uno)



Muchas gracias, gracias a todos los que habéis intentando convencerme, gracias por vuestras palabras de apoyo, por vuestro empeño casi desesperado en “hacerme bajar de la burra”. Pero no os voy a dar la razón. El silencio no es bueno. Como la soledad. Ambos son buenos cuando se consumen en cantidades  racionadas y distribuidas a voluntad por el usuario. No es buena la soledad forzada. No es bueno el silencio no elegido. Ambos son la cara de la misma moneda.
 A la mayoría de los mortales nos gusta jugar a estar solos, a alejarnos del mundanal ruido, a estar callado disfrutando del maravillosos silencio interior. Somos un animal curioso al que le gusta hacerse el difícil con las principales habilidades evolutivas de la especie: La sociabilidad y el lenguaje. Nuestro cerebro se teje sobre el entramado de esas dos condiciones. Cualquier comportamiento fuera de ellas es aberrante. Está muy bien hacerse el interesante y el “snob” escapando del bullicio y de la compañía de nuestros semejantes. Si lo haces durante una temporada, o de forma puntual, es sano, reconfortante y ayuda al autoconocimiento. Si el odio a la conversación y la presencia de otros semejantes se convierte en algo sistemático, solo te queda una salida: Haz algo con eso, escribe un libro, haz una película, propón alguna teoría revolucionaria… en definitiva: haz algo genial con tu aberración, si no habrás desperdiciado tu vida y despreciado la de los que te rodean. Habrás sido inútil a tu especie.
Pocos han hecho algo productivo con eso, la mayoría han desaparecido como lágrimas en la lluvia. Me atrevería a afirmar que la soledad y el silencio como condición de vida es el vicio caro de los genios. El resto de mortales no nos lo podemos permitir. Y esta es la gran diferencia entre morir y no haberte perdido la fiesta, ver la fiesta y llorar como un estúpido en la puerta, o ser un ser tan único que te la sople la fiesta, los que participan, sus trajes y toda esa basura. No conozco a nadie de mi entorno que cumpla la última condición plenamente (por suerte tengo bastantes amigos “genios de andar por casa”), y ante las dos anteriores se claramente en la que me posiciono.
El silencio tiene una cualidad muy curiosa, desde mi punto de vista lo opuesto al silencio no es el ruido, el ruido es incómodo y disruptivo, es molesto y desconcertante… Lo opuesto al silencio es el no-silencio .Y para los que piensen que he dicho una reverenda estupidez… es posible, como os comentaba antes formo parte del bullicioso, inconsciente, y alegre grupo de los que no se quieren perder la fiesta…  pero insisto: lo opuesto al silencio es todo lo demás que no es ruido, frases escritas, música, palabras que llenan los vacíos de la gente, de las habitaciones, de las calles… y si hasta aquí sabes de lo que estoy hablando es probable que estemos en el mismo lado. Así asumo que el no-silencio es un opuesto positivo, el no-silencio es bueno.
Muy probablemente no quieras silencio si te diagnostican una enfermedad terminal, te comunican la muerte de alguien importante para ti o ves como tu flamante Mercedes arde en el aparcamiento. Muy probablemente tu mente de primate social quiera llenarse de palmadas en la espalda, pésames, y mensajes de ánimo, o en el más extremos de los casos frases de canciones o fragmentos de libros, te aferrarás desesperadamente a tu no-ruido.
En general creo que, como dicen los bulliciosos, inconscientes y alegres de calle 13 “Tú hablas poco porque sabes poco”. Generalmente no me fío de la gente que no habla, que permanece taciturna y no manifiesta ninguna opinión, me parece que alimentan el típico titular de asesinato múltiple con suicidio incluido “hablaba poco y siempre saludaba en el ascensor” “parecía una buena persona, no hablaba mucho”. En general al que habla mucho se le trata de charlatán, chafardero y de poco fiar… cuando la lógica marca que a alguien que habla mucho es más fácil pillarlo con la guardia baja. Guárdate de un mentiroso que no hable, decía mi abuelo, que después de cuidar cabras en el monte desde los 7 años, sabe bastante de silencio. El silencio tiene un prestigio social no merecido.
El silencio es cómplice de los crímenes más atroces. En silencio exterminaron a 9 millones de judíos, casi dos millones de Ruandeses, miles de republicanos, millones de rusos. En silencio torturaron, arrojaron al mar desde aviones o hicieron desaparecer a miles de personas en Argentina, Paraguay, Chile o Bolivia Cuando el ruido de las bombas inunda Gaza el silencio del mundo lo justifica. En silencio se quedan las mujeres violadas y golpeadas a lo largo y ancho del planeta. Mientras el ruido y la furia del pueblo en rebelión tomaba las calles de Madrid en secreto los de siempre aprobaban una “ley mordaza” para imponer y forjar el silencio. El silencio llena las noches de insomnio, los planes de los asesinos y de los ladrones. ¿No es acaso el silencio el cómplice de todas las infidelidades, de todas las mentiras y delitos? ¿No es el silencio el último refugio del mentiroso, del acusado culpable, del que ha perdido toda la esperanza? Entonces explícame: ¿Qué diablos le debes al silencio?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

BRAVO..., BRAVO, "genio de andar por casa". Desde luego que tu has hecho algo genial: escuchar a tu "silencio" y encima compartirlo con los "no genios" y genios, los "de andar por casa"...con los que callan y los que no, con los que buscan el ruido y el silencio, y los que huyen del ruido y del silencio... y con todo aquel que te quiera escuchar...Gracias pirata. Eres un genio...

Sopelako eliza dijo...

Genial, me ha encantado tu comentario.
Donde están los dirigentes de la Iglesia?
Con su silencio, se hacen complices de muchas de las injusticias de este mundo.

Anónimo dijo...

Muy bueno marcos lo que escribes ;) me viene barbaro leer estas cosas, son momentos de reflexión :)
Abrazos marcos y cuidarse.

Anónimo dijo...

Cronopio cronipio.
Muy buena entrada, pero discrepo en gran parte. Un 75% más o menos. No es mi intención iniciar una discusión y estoy de acuerdo respecto al silencio social y mediático. Pero ¿qué te han hecho a ti las personas calladas? No sé con qué clase de personas te relacionas en Bolivia, pero yo no conzco muchos snobs que se queden en silencio para hacerse los interesantes. Si disfrutas de la soledad y pasas de la gente... es tu obligación escribir un libro o hacer una película o "habrás desperdiciado tu vida y despreciado la de los que te rodean. Habrás sido inútil a tu especie". ¿Por qué? ¿Por qué esa saña? Por qué una persona callada es un asesino esperando y una inutilidad a la especie? Lo primero, a la especie como especie se la suda, sólo le importa que dejes descendencia, no que dejes un legado cultural. Y luego los mayores asesinos han sido los carismáticos que han arrastrado a otros los crímenes en masa (guerras, exterminios, etc.)
En caso de que se te muera un ser querido, creo que vale más que los cientos de clichés repetidos o las palmaditas en la espalda un "estoy aquí. Te escucho", no un "te digo lo que tienes que hacer". El mundo iría mejor si la gente no se empeñara en decirte cómo tienes que vivir tu vida (y creo que esto lo sabes mejor que nadie). Tal vez por eso proliferan tanto los psicólogos y los psiquiatras. Porque en estos casos necesites que alguien te escuche. O por snobismo, qué sé yo.

¿Quien poco habla poco sabe? Hacen falta 5 años para aprender a hablar pero más de 80 para aprender a callar.

Espero que te mejores pronto.
¡Muchos besines!

Anónimo dijo...

HOla. Como te explique por inbox, no hablo de ese silencio, hablo del silencio de las miradas vacías, de los gestos no correspondidos. Y es cierto, creo,mira el efecto: "es un tipo callado" ¿Qué piensas? "Habla mucho" ¿Qué piensas?. El silencio no derribó al zar ni cambió el régimen, el silencio no nos va a salvar de los incompetentes, el silencio no cambia nada... no es lo mismo que el no ruído... No quiero que esto parezca la venganza de los charlatanes ni la saña con los que no hablan mucho, es la saña con el silencio en sí, la no respuesta, lo no dicho...

Anónimo dijo...

Cronopio cronopio.
Lo siento, la parte del silencio social y mediático sí la había entendido y como escribí, estoy totalmente de acuerdo contigo.
Aún así me pareció que había un grueso de la entrada injusto para con las personas calladas. No puedo entender cómo una persona a la que no considero solo tolerante, ¡sino libertaria!, tenga unos prejuicios tan profundos contra la gente que habla poco (entre a los que cuento algunos de mis mejores amigos) y que me los estás intentando transmitir con el "¿qué piensas?" ¿qué tengo que pensar?. No sé qué te han hecho pero lo siento mucho.
Con respecto al silencio del no ruido o de las preguntas sin respuesta, no te discuto nada, pero matizar que en ocasiones dicen más los silencios que las palabras y dice más de una persona lo que calla. Por eso nuestros queridos tiranos son maestros en el arte de hablar sin decir nada.

Besines y a cuidarse.