Tinku. Tierra. A esa altura te
revienta la cabeza al menor esfuerzo. Sientes que alguien toca un bombo enorme dentro de tu sesera. El cerebro late en
sú bóveda. El sol es insoportable.
Ellos se destrozan bailando. Peleando. Porque el
Tinku antes que un baile es una pelea. En quechua
Tinku significa "encuentro". En
aymara, "agresión física". Se revuelven y golpean la tierra con furia. El polvo se
sparce en todas direcciones. Se sacan sus sandalias y las ponen en la manos. Se golpean. Según cuenta una leyenda, uno de los
combatientes que ha sido vencido debe derramar su sangre con abundancia como un sacrificio u ofrenda para la Madre Tierra, la
Pachamama, para que en ese año la cosecha sea abundante. En algunos lugares de
Bolivia se celebran enormes peleas en los que las mujeres solteras, los niños y los hombres se enzarzan durante horas. La tremenda orgía termina cuándo alguien muere. Entonces ese año la cosecha será buena. Ese año la tierra habrá bebido. En
Oruro solamente bailan, Orgullosos guerreros intentando un año más asustar al Diablo.