El Diablo y Dios se enfrentan en la tierra. Y no es en los tribunales o en el parlamento (¿o eso es el diablo contra el diablo?) Lo hacen en Oruro, una ciudad minera del altiplano de Bolivia que vive por y para el carnaval. Lo gris se colorea, la gente sonríe, y la terrible cuenca minera toma oxígeno por unos días...
Comienza con una enorme verbena dónde todas las bandas se dan cita y el público, ebrio ya a esas horas, agita sus vasos y se riega en cerveza. Es sólo el principio. Durante los dos días siguientes numerosos grupos de folklore andinos mostraran trajes y bailes para vencer al diablo. Miles de personas bailan a unos cuántos miles de metros de altura hasta caer exhaustos, vence al diablo que los persigue en forma de Diablada, todos huyen, los Tinku, los Tobas, los Suri-Sicurí, los Morenos, los Caporales... unos y otros representan al diablo y huyen de el. Auténticos ejércitos de criaturas de ficción danzan como sátiros o como ángeles. Escapar del diablo. Gastar las últimas energías de exceso y lujuria antes del recogimiento de la Pascua. Esto es Oruro. ¡Corre, el diablo podría estar detrás!
2 comentarios:
Que fotos mas chulas, ya tengo cámara!!! a ver si me das ese curso básico que tengo muchas ganas, aunque ya me ha salido alguna foto chula...pero creo que ha sido suerte.
Me encanta que sigas sabiendo como disfrutar cada instante, eso es un don.
Besitos!Di.
No por ignorar o negar al diablo está uno libre de sus efectos, así que, de vez en cuando y con moderación, es mejor dejarse atrapar por él durante unos días. Un abrazo y disfruta del altiplano, aunque tengas que mascar hojitas para combatir el soroche.
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